VIAJE EN BUS A CURICÓ
Hoy es el cumple de Delia, así que llamo a la Petexa para felicitarla, pero no me coge. Le mando la foto de la flor de Iguazú, para que se la muestre. Me acordé de ella cuando la descubrimos allí en Puerto Iguazú.
Tempranito recogemos todo, y nos despedimos de nuestra casa en Valparaíso. hemos pasado unos días inolvidables en esta maravillosa ciudad. Llegamos a la estación a tiempo de coger el Turbus de las 8:30 a Santiago, y de allí justos para tomar a las 10:15 el que va a Curicó.
El viaje es largo y discurre por una magnifica autovía que atraviesa Chile de Norte a Sur, solo interrumpida al sur por los lagos de la Patagonia chilena. Los autobuses, como ocurre en Argentina están pensados para grandes recorridos, y tienen unos asientos muy confortables que se abaten casi como camas, mucho mejores que los españoles.
El paisaje que recorremos es magnifico y muy fértil. Es la zona agrícola del pais. Abundan los viñedos y los frutales, pero casi toda esta riqueza está en manos de las multinacionales agrícolas y el pueblo chileno en general está empobrecido. En Chile las coberturas sociales prácticamente son inexistentes. No tienen una sanidad publica universal, los estudios son privados y la jubilación es de 200 dólares al mes, lo que obliga a la mayoría de personas a seguir trabajado para poder subsistir. Nosotros nos encontramos, personas de 80 años trabajando en las estaciones carreteando bultos y en casas de comida lavando platos. Una verdadera pena para este maravilloso pueblo!!
CURiCÓ 11/11/2018
Al llegar a la terminal de autobuses de Curicó, nos encontramos como en todo Chile, que las estaciones son el motor de la actividad económica y social de estas pequeñas ciudades; un inmenso gentío se mueve a nuestro alrededor: vendedores de todo tipo de cosas, personas que suben y bajan apresuradamente de desvencijados buses urbanos, que colapsan las calles que rodean la terminal. Intentamos varias veces preguntar por la dirección de nuestro hotel. El pueblo Chileno es muy amable en general, pero nos resulto muy difícil entender sus indicaciones, siempre acababan sus indicaciones señalando con la mano extendida y diciendo por allá!!. Cuando por fin conseguimos entender las explicaciones para dirigirnos a nuestro hotel, tomamos la Avda Almirante Prat, hasta toparnos con la calle Membrillar, que es donde está nuestro hotel Palma Express. Dejamos las cosas en la habitación, y llamo a la Guardia antes de salir desde un salón de la planta baja que tiene conexión wiffi,
Salimos del hotel para recorre y conocer esta pequeña ciudad. Curicó es el centro económico y social del vino de Chile. En esta pequeña ciudad se centraliza todo el comercio viticultor y donde están ubicadas las más famosas bodegas chilenas. Es una ciudad que no conserva, ningún monumento de la época colonial como la mayoría de Chile. Quizás por que son ciudades relativamente nuevas.
Paseando por sus calles, nos dirigimos al parque de la ciudad; que como ocurre en Santiago está situado en un alto cerro. Allí, nos encontramos a una multitud tocando tambores y bailando, al son del batuco. Parece que todo Curicó esté en este cerro. Al final nos damos cuenta que es festivo.
Después de disfrutar de la música y el ambiente festivo del cerro, nos dirigimos a reponer fuerzas con unas suculentas chuletas de vacuno chileno y regado con sus magníficos caldos.
Nos han recomendado comer en el Guerra Grill, y hacía allí nos dirigimos. Pedimos unas chuletas y un 1/4 de pollo asado con verduritas salteadas y papas hervidas. Y para regar una botella de tinto reserva.
Es domingo, y el pueblo está desierto por la tarde y todo cerrado, así que después de recorrer la zona centro y sin mucho que hacer, entramos en Telepizza o algo parecido, es el único establecimiento abierto . A pesar de la contrariedad, reconocemos que la pizza está muuuy buena.
PARQUE NACIONAL SIETE TAZAS 12/11/2018
Curicó
Hoy por la mañana queremos conocer el parque nacional siete tazas, del que nos cuentan maravillas y que se encuentra a poca distancia de Curicó. Por la época en la que nos encontramos, no hay buses que te lleven al parque, debido a que en esta época del año los caminos del parque son intransitables. Por este motivo nos aconsejan alquilar un todo terreno para poder movernos por el parque. Recogemos nuestra ranchera de alquiler en Roselot, (hermosa, negra de Sangyon) y nos vamos hacia el parque nacional de Rafael Siete Tazas. Pasamos por Molina a repostar gasolina y paramos en la plaza de armas, idéntica a la de Curicó, para tomar información en la caseta de turismo. Es desde esta localidad donde parte la ruta hacía el parque. La última parte de la pista está sin asfaltar y con verdaderos socavones difíciles sortear. Nos damos cuenta de lo bien que hicimos en alquilar esta ranchera, como la llaman los locales; con un coche normal, no hubiéramos pasado por estos caminos. Ya en el Parque empezamos a ver las maravillas que encierra este lugar. Además tenemos la gran suerte de estar solos, tenemos todo el parque para nosotros!!!. Paramos para ver la caída de Velo de la Novia, y después el Salto de la leona. Caminando por senderos rodeados de magníficos árboles nos encontramos con la increíble visión de un caudaloso río, con siete profundas pozas que dan nombre al parque: Siete Tazas. Hacemos la ruta hasta llegar a ellas, y más abajo hasta el río, para ver el salto de la leona. Es un bosque verde, frondoso. Solo encontramos una manada de vacas, no hay un alma en todo al parque.
Volvemos al coche para continuar hasta el arquero del Inglés. A partir de ahí no sé puede continuar en coche. Bajamos hasta el río, y tomamos una vereda que sigue el curso del rio. Allí paramos a comer el bocadillo y la naranja. Volvemos y buscamos la ruta del Coigüe, y tal como me había indicado la chica de turismo llega hasta una panorámica donde podemos observar el valle con todos los tonos de los diferentes arboles que cubren estas montañas. Espectacular. El sendero de vuelta va entre bosque de bambú, y árboles coigüe que son los que dan nombre a esta ruta. Subimos al coche, yo atrás en la zona abierta, y grabó un vídeo para mostrarle a mis hijas dónde estamos y lo que vemos. El tiempo se está portando bien con nosotros. Solo nos cayeron 4 gotas a la final de cada ruta, y ahora, ya en el coche, cae una granada solemne.
Miriam y un Coigüe milenario |
Dejamos el coche en Curicó, y nos despedimos del amable señor que nos atendió. Después de descansar un rato en el hotel, volvemos a Guerra Grill a despedirnos de Curicó con una buena picada, de queso, aceitunas, aguacate, tomatitos cherry, arrollado, mollejas y papa hervida, acompañado todo con el vino. Esta vez de Camenier?
Después de cenar, paseamos un poco callejeando, pero hay muy poca vida nocturna en esta ciudad y decidimos ir a dormir, que al día siguiente nos espera un largo recorrido en bus por la Panamericana, dirección a la ciudad de Valdivia, que toma el nombre del conquistador de Chile.
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