OSORNO
El recorrido en bus, desde Valdivia a Osorno es relativamente corto, si lo comparamos con otros trayectos que hemos realizado por este inmenso país.
Nosotros hemos hecho escala en esta ciudad, por que tenemos que recoger a nuestra hija Mara, que está estudiando medicina en Buenos Aires, durante un año, y que a estas alturas del viaje a decidido acompañarnos y conocer esta hermosa parte del mundo. La ciudad en sí no tiene ningún interés especial, es como Curicó: ciudades nuevas sin apenas monumentos. Eso sí están rodeadas de una naturaleza impresionante.
En unas dos horas llegamos a la terminal de Osorno, donde tomamos la línea 9 del bus que nos deja cerca de la calle Amthauer, donde está el hostal Florida. Está cerca de la antigua estación de tren, que parece que es monumento, y no es de extrañar, ya que todas las construcciones son cabañas y ésta destaca por su solidez y sobriedad, como todas las grandes estaciones antiguas.
Nos reciben muy amablemente y nos encontramos con una preciosa habitación, luminosa, limpia, con baño y cocina. Será un buen recibimiento para Mara. Pero estamos preocupados, porque el vuelo de Mara sale con más de dos horas de retraso, y es posible que pierda el autobús que sale a las 14 h. Nos quedamos en el hotel para esperar noticias de ella. Mientras tanto Lidia contacta con nosotros por WhatsApp, que esta en Viveiro ese fin de semana, y nos habla sobre lo bien que se encuentra este curso en general, tanto en las clases como en el piso con sus amigas.....Eso nos deja muy animados. Pero Mara no acaba de llegar a Bariloche desde Buenos Aires, y poco antes de las dos, ya nos avisa de que va a ser imposible llegar a tiempo para el bus. Pero aún así, toma un taxi y llega cuando ya el bus tiene las puertas cerradas, pero aún en el andén. Respiramos cuando nos comunica que ya está dentro del autocar. ¡Mara desde muy pequeña, es una especialista en darnos grandes sustos! Pero como siempre, luego sale airosa de todos sus percances. Al final, todo está saliendo bien.
Como ya hemos dicho, no hay nada que destacar de esta ciudad, nos alojamos en una casa particular, que la han reconvertido en un pequeño hotel familiar, para poder subsistir después de la jubilación. Como ya comentamos, en Chile la jubilación no da ni para comer, por este motivo tienen que buscar fuentes de ingreso extras.
Los caseros nos recomiendan el Club del Artesano para comer , cerca de allí, en la calle Makenna. Efectivamente el sitio no nos defraudó en absoluto, platos contundentes y de calidad, buen servicio, y mi escalope, de lo más rico. Todo acompañado, como no, con uno de los ricos vinos que produce Chile. Satisfechos en todos los sentidos salimos del restaurante y fuimos en busca del lugar de alquiler de coches: Europcar, para tenerlo controlado al día siguiente y recoger el automóvil con rapidez. Pero tuvimos que dar unas cuántas vueltas antes de dar con él. Volvimos a no entender las explicaciones de los chilenos: por allá!!. Después de dar varias vueltas alrededor de las mismas calles, y preguntar a una multitud de gentes que contestaban todos de la misma manera: por allá!! Dimos de pura casualidad con nuestro destino y ya cansados, decidimos irnos a descansar al hotel hasta la hora de ir a la terminal a esperar a nuestra Mara.
Por fin baja del bus, la abrazamos, recogemos sus cosas, y ya de camino al hostal, paramos en un súper a hacer la compra para prepararnos la cena. Nos hacemos fotos en la plaza de Armas, delante de la catedral de San Mateo, que es tan peculiar con su alargada aguja, que recuerda los arcos ojivales góticos y sus arcadas del mismo estilo rellenas de mosaicos unas y de vidrieras otras. Cenamos las almejas, pero no nos convencieron. Por mucho que digan que en Chile, el pescado y el marisco es maravilloso, si vienes de Galicia enseguida te das cuenta que, no hay ni punto de comparación en frescura y sabor con el de nuestra querida tierra.
Estamos muy cansados, en especial Mara que ha tenido un viaje más que movido y azaroso. Decidimos acostarnos pronto, que mañana nos espera otro largo viaje por este inmenso país.
HOSTAL FLORIDA |
MARA LISTA PARA SALIR |
SALIDA DE OSORNO HACIA CHILOÉ 17/11/2018
Hemos decidido alquilar un vehículo para hacer el viaje a Chiloé, para tener más autonomía de movimiento y poder conocer la isla a fondo, ya que los buses no te posibilitan llegar a sitios apartados y mal comunicados.
Recogemos sobre las 9:30 de la mañana el coche que tenemos alquilado y nos dirigimos por la ruta 5 a coger el ferry en Pargua, para llegar a la isla grande de Chiloé
Cogemos (perdón) la Panamericana, que termina donde se toma el ferry a Chiloé.
CRUZANDO EN FERRY A CHILOÉ
Nada mas cruzar, empezamos nuestro recorrido por la isla, con destino Dalcahuen, donde nos espera nuestra nueva casa. Según vamos recorriendo la isla por el interior, observamos el gran parecido a nuestra querida Galicia: pronunciadas colinas, con praderas verdes y bosques frondosos.
NUESTRA CASA EN DALCAHUEN
Por fin llegamos a Dalcahuen, parece un pueblo encantador pero no podemos entretenernos, pues nos están esperando para darnos las llaves de nuestra cabaña. La cabaña está a las afueras del pueblo, y nos cuesta un poco encontrarla, pero al fin lo conseguimos: es una pasada, situada en un pequeño acantilado al borde del mar. ¡Estamos alucinados! todo es precioso. Llegamos sobre las 14 h a Dalcahue, y allí César y su mujer nos estaban esperando, terminando de limpiar la cabaña, que efectivamente tiene unas vistas majestuosas a la bahía y al canal.
Cesar y su mujer, son unos anfitriones maravillosos, y pronto entablamos una cordial amistad; nos explican con todo lujo de detalles la historia de esta hermosa isla, los lugares de mayor interés, así como sus costumbres y comidas más tradicionales. Cesar como buen maestro que es (pues esa es su profesión) es un gran conversador, y pasamos largo rato hablando de todo un poco, pero en especial la situación social y económica que sufren la mayoría del pueblo chileno. En Chile la macroeconomía va bien, pero no así la economía del pueblo, donde no llega el dinero ni la protección social al pueblo. Es un país con grandes injusticia.
NUESTRA CABAÑA |
COMIDA EN DALCAHUEN
Comemos en el pueblo, pero confundimos el restaurante Palafito que nos recomienda César con una pescadería que tiene el mismos nombre. Nos buscamos un sitio de comida casera, y comemos estupendamente un guiso de gallina que realmente era una especie de caldo de arroz con un buen trozo de gallina, algo especiado, sabrosísimo, acompañado de un café frío (taza de vino tinto). Después nos damos una vuelta por el mercado de artesanía y compramos la tira de pajaritos de mimbre y Mara una madera con la representación de un palafito, típico de esta región.
Aunque tengamos esa expresión, la comida estaba exquisita. |
MERCADILLO
Antigua ancla utilizada por los pescadores indígenas. |
El articulo más representativo de Chiloé son los tejidos de lana, por la abundancia de ovejas |
Bajamar en la bahía de Dalcahuen. |
EXCURSIÓN
Cogemos el coche para hacer la ruta que César nos ha recomendado: la cascada de Tocoihue. Es muy bonito el paraje y la caída de agua. Pero es cierto que venimos de ver Iguazú y Siete Tazas, así que no nos impresionan demasiado, y nos sorprende que cobren el acceso, aunque no es demasiado lo que piden.
Continuamos hasta Tenaún, un precioso pueblo que alberga una de las iglesias de madera que conforman el conjunto de las que en esta isla son consideradas patrimonio de la humanidad. Es un pueblo encantador a orillas del mar, con una preciosa playa que recorremos. También entro en una pequeña tienda de artesanía y compro una especie de zarrapos de lana, con vivos colores amarillo y azulón, que finalmente se queda Mara.
IGLESIA DE TENAÚN |
Las playas están formadas de guijarros y sedimentos volcánicos. |
Continuamos hasta la peqeña aldea de Colo, con otra iglesia y un pequeño y hermoso cementerio adornado con flores de vivos colores, como suele ser aquí y en todo Chile en general.
Mara acariciando a un perro vagabundo, que tanto abundan aquí. |
Seguimos hacia Aucar y hacemos el paseo de las Almas Navegantes. Un hermoso paseo a lo largo de un puente que nos lleva a la isla que alberga un parque botánico y otra de las iglesias de madera. La entrada, con una gran explanada de hierba y un par de arcos de enredadera me recuerda a alguna escena de Big Fish, de Tim Burton .
Bosque de Arrayanes |
Quemchi está poco después de este paraje , y cómo no, también alberga una de las típicas iglesias de esta isla. Compramos en pequeñas tiendas cosas para la cena y el desayuno del día siguiente y nos tomamos unos schops en un precioso bar con vistas a la playa. Y de ahí vuelta para casa. Cenar, descansar y mañana más.
IGLESIA DE QUEMCHI |
CASA DEL POETA FRANCISCO COLOANE |
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